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Las raquetas de nieve y su imprescindible ayuda son nuestros aliados en invierno. Un instrumento sencillo de utilizar y muy útil si nos movemos en zonas de media montaña con pendientes no muy pronunciadas. Disfrutar de un día con las raquetas en las montañas madrileñas es una experiencia única.

La nieve caída en semanas pasadas era bastante abundante en algunos valles y vertientes, así que para poder disfrutar más cómodamente de la montaña y desplazarnos por ella de manera más efectiva, las raquetas de nieve y su imprescindible ayuda, no pueden faltar.
Voy a dedicar este artículo a estas amigas tan en boga hoy en día.

Antiguas «raquetas» usadas por los nativos norteamericanos

El origen de las raquetas se remonta miles de años atrás. Aunque no se sabe a ciencia cierta la época de su origen, éste se suele situar sobre el año 2000 A.C., basándonos en los escritos de cronistas antiguos como Estrabón o Xenofonte, que hablaron en esa época sobre los utensilios que usaban los antiguos habitantes del Caúcaso para desplazarse sobre la nieve aprovechando el fenómeno de la flotación al repartir sobre una mayor superficie la masa del que los usaba, reduciendo así la presión que se hace sobre la                                                                                             nieve y por lo tanto, hundiéndonos menos..

También existen autores que afirman la existencia de raquetas unos 10000 años antes de Cristo. Los expertos seguramente tengan razón, pero parece lógico que ante las dificultades para desplazarse por la nieve de las comunidades centroeuropeas y asiáticas en la prehistoria, algo parecido a las raquetas fuera inventado en la época de la Revolución Neolítica. Que los antiguos no eran tontos y seguro se fijaron en las liebres nivales y sus anchas patas…
También parece que pudieron ser un elemento decisivo para la llegada al continente americano a través del estrecho de Bering y que de ellas se evolucionó hacia los primitivos esquís en las tierras escandinavas. De hecho en Europa su uso va disminuyendo en detrimento de los nuevos accesorios deslizantes, y es en los actuales Canadá y Estados Unidos donde las raquetas se desarrollan de manera más específica y su uso se extiende.
Las antiguas raquetas se hacían de madera, piel y tripas de animales (aún hoy en USA y Canadá se siguen haciendo y existen concursos de raquetas artesanas, carreras…). Hay que esperar hasta el principio de la década de 1980 para ver aparecer los primeros modelos comerciales de plástico y metal.
Mientras en América se siguió usando la forma de lágrima de la raqueta, en Europa se adaptó la forma al relieve más abrupto que el de las grandes llanuras norteamericanas. Así aparecieron las raquetas con cintura de avispa, que son las más habituales por estos lares.
También es en Europa donde se le añaden los detalles técnicos y los elementos que facilitan su uso y hacen más cómoda y descansada la marcha con ellas: Puntas de metal en la suela para un mejor agarre en nieves duras, puntas frontales para fuertes y cortas pendientes, alza para el talón, talón móvil… Llegando a las actuales raquetas ajustables a la longitud de nuestro calzado, con cierres automáticos…

Uso del Alza de la raqueta

A no ser que seamos fanáticos de estilo “retro” y nos decidamos por unas raquetas de madera de fresno y piel de alce hechas a mano por un barbudo trampero de Anchorage, las modernas y entalladas raquetas son las que mejor nos funcionarán a la hora de pasear por nuestros valles y montañas

 Su uso es sencillo e intuitivo, pero si tenemos a mano sus instrucciones o a un profesional que nos explique su correcto ajuste y uso mejor que mejor

Pestaña de bloqueo de la fijación.

Pestaña de ajuste de la talonera

Aunque lo que de verdad hay que tener en cuenta a la hora de usar las raquetas son sus limitaciones:
Andar con ellas en medias laderas puede ser muy incómodo, cuesta mucho subir pendientes muy empinadas sobre nieve transformada y si la nieve que pisamos no es nieve blanda donde nos hundamos, sus ventajas se ven muy limitadas.
Podemos decir como norma general que su uso ideal son los bosques y valles de la baja montaña, aunque sabiendo usarlas y dominándolas se pueden afrontar grandes aproximaciones y rutas invernales. También existe un tipo especial de raquetas llamadas de “escalada” o de “carrera” que se usan para aproximar a vías invernales y para correr con ellas. Son más pequeñas, por lo que su capacidad de flotación se ve muy reducida, aunque pesan mucho menos y son más sencillas de usar.
Raquetas de nieve en Pirineos

Sabiendo usar las raquetas podemos adentrarnos en el corazón de las montañas

Disfrutad de las raquetas de nieve y su imprescindible ayuda este invierno, pero recordad, equipaos bien, aprended con un profesional si es necesario y sobre todo…¡¡Practicad el sentido común!!
JAIME MORENO MONTES
Te recomendamos leer este artículo en el que te hablamos de la experiencia de raquetas de nieve en Madrid (Ruta de los Siete Picos) https://blog.amadablamaventura.es/raquetas-de-nieve-en-madrid/
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